Los fuertes vientos y la topografía dificultan las labores que se realizan desde el martes para apagar el infierno que se formó en el cerro Casitagua, en Pomasqui, en el norte de Quito.

El combate contra el fuego se libra a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar. El calor es tan sofocante que la ropa se pega al cuerpo. En el infierno que se formó desde el martes a las 10:15 y que sigue extendiéndose en varios frentes, los socorristas sienten la falta de oxígeno y comentan que si no cuentan con una buena dotación de agua pueden sufrir deshidratación acelerada.

En el combate al fuego participan bomberos, militares, policías y personal de otras instituciones de socorro y asistencia.  Efectivos de los Cuerpos de Bomberos de Cotacachi, Ibarra, Latacunga, Saquisilí, Pujilí, Puerto Quito, Riobamba, Rumiñahui, Sto. Domingo, Tulcán, Ambato y Lago Agrio participan el operativo.

El personal del Cuerpo de Bomberos ejecutó operaciones defensivas durante toda la noche, y a partir de las 6:30 de hoy iniciaron las operaciones aéreas. Un total de 400 efectivos se encuentran desplegados para evitar la propagación del fuego, con el apoyo de 85 Bomberos de Primera Zona del país.

Evaluación de daños 
Para conocer la magnitud del incendio y determinar cuántas hectáreas de vegetación se han perdido, los técnicos hicieron tomas satelitales de concentración del calor.  Luego se armaron grupos de ataque para un área  extensa.

Al momento el flanco sur y centro del cerro se encuentran controlados. Existe un foco activado en el flanco norte.

Aunque no hay una cifra oficial de los daños, la Secretaría de Ambiente del Municipio hizo una estimación preliminar y señaló que entre 250 y 300 hectáreas fueron consumidas.

EL DATO
La montaña está siendo monitoreada con drones.
Esas cifras pueden variar, según explicó el comandante del Cuerpo de Bomberos, Esteban Cárdenas, quien aclaró que la espesa cortina de humo, que cubre  la montaña, impide hacer un cálculo real.

El fuego y el humo se divisan desde Carcelén, Carapungo, San José de Morán, la Mitad del Mundo y otros puntos del norte de la ciudad. “En la noche de ayer (martes) se vió cómo una sábana roja tapó la montaña”, comentó Cristina Morales, moradora de San Antonio.
Vegetación volátil
Sofocar el fuego en un cerro de estas características es difícil, porque está lleno de matorrales gruesos que se consumen rápidamente cuando son atrapados por las llamas.

Mientras socorristas realizan labores manuales en la montaña que tiene inclinaciones de 50 y 70 grados. También se ejecutan descargas desde helicópteros que cuentan con sistema bambi bucket. El primer día se realizaron 34 y ayer 64.

Se encomiendan a un santo
A pesar de que hubo mensajes con alertas falsas, la población se mantuvo tranquila. En el barrio El Señor del Árbol, los habitantes se encomendaron a su patrono, pidiéndole que acompañe a los guerreros que luchan contra el fuego.

Dejando de lado las plegarias, María Sanafria, dueña de una tienda del sector, dijo que le preocupa la contaminación y los animales que viven en la montaña. “Todo se pierde”. (PSD)

El Cuerpo de Bomberos confirmó que el segmento del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), que pasa por el Casitagua, está fuera de riesgo por el incendio que se registra desde el martes.