El papa Francisco, el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé I y el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, se unieron por primera vez en un llamamiento urgente para proteger el planeta difundido hoy.
«Hacemos un llamamiento a todos, sea cual sea su creencia o visión del mundo, para que se esfuercen por escuchar el clamor de la tierra y de los pobres, examinando su comportamiento y comprometiéndose a hacer sacrificios significativos por el bien de la tierra que Dios nos ha dado», se lee en el llamamiento.
Y se añade que en estos momentos hay que decidir «qué tipo de mundo queremos dejar a las generaciones futuras» .
«Hemos maximizado nuestro propio interés a expensas de las generaciones futuras. Al concentrarnos en nuestra riqueza, nos encontramos con que los recursos a largo plazo, incluido el de la naturaleza, se agotan para obtener ventajas a corto plazo», lamentan.
Y critican que «son las consecuencias inevitables de nuestras acciones, ya que hemos consumido con avidez más recursos de lo que el planeta puede soportar», pero que también «nos enfrentamos a una profunda injusticia: las personas que soportan las consecuencias más catastróficas de estos abusos son las más pobres del planeta y han sido las menos responsables de provocarlos».
Señalan que actualmente se está «pagando el precio» con «el clima extremo y los desastres naturales de los últimos meses» pero que «mañana podría ser peor» y «los niños y jóvenes de hoy se enfrentarán a consecuencias catastróficas si no asumimos ahora la responsabilidad».
El mensaje argumenta que hay que reconocer que las formas en se que usa la economía y se organizan las sociedades «no han beneficiado a todos» y «nos encontramos débiles y ansiosos, sumergidos en una serie de crisis: sanitaria, medioambiental, alimentaria, económica y social, que están profundamente interconectadas».
Ante ello, los tres líderes religiosos instan a hacer cambios en nuestro estilo de vida. «Juntos, como comunidades, iglesias, ciudades y naciones, debemos cambiar de ruta y descubrir nuevas formas de trabajar para romper las barreras tradicionales entre los pueblos, para dejar de competir por los recursos y empezar a colaborar», agregan
Y a los empresarios les piden que «elijan los beneficios centrados en las personas; hagan sacrificios a corto plazo para salvaguardar el futuro de todos nosotros, y que se conviertan en líderes de la transición hacia economías justas y sostenibles».
El llamamiento concluye con una petición “a la mente de cada cristiano, a todo creyente y a toda persona de buena voluntad” y con oraciones para los líderes “que se reunirán en Glasgow para decidir el futuro de nuestro planeta y su gente”. (I)