El 1 de octubre se conmemora el Día del Pasillo Ecuatoriano, uno de los géneros musicales que caracterizan e identifican al Ecuador. Y, sin duda, en este campo, uno de sus mejores exponentes es Julio Jaramillo Laurido, quien trascendió fronteras con nuestra música. Es por esto que en 1993, por decreto ejecutivo n. 1.118, se declara al 1 de octubre de cada año como día del pasillo ecuatoriano, ya que el popular J.J. nació en Guayaquil el 1 de octubre de 1935.

El género musical pasillo está ligado a entramados culturales, agentes sociales, significaciones, valores, funciones, usos, formas.

Es una expresión de la identidad musical del Ecuador, representa el alma del pueblo ecuatoriano. El pasillo es un poema que se canta, es una música inolvidable que al cantarlo habremos reconocido, comprendido y amado a nuestra patria.

Es el género musical nacional ecuatoriano por excelencia y se canta en todas las regiones y en todos los estratos sociales. Es la música nacional de mayor convocatoria y forma parte del acervo de la identidad nacional. Es el referente nacional, es la semilla que da el origen a las manifestaciones sentimentales del cholo costeño, el montubio y también el citadino.

El pasillo representa pertenencia, pues sería una de las características que definen la identidad como ecuatorianos y que los distingue de otros. El Pasillo Ecuatoriano posee determinadas características adquiridas paulatinamente en el Ecuador; lo que le distingue de otras variedades de pasillo que se expresa en Colombia o Venezuela. Además, el Pasillo es parte fundamental de la denominada “música nacional”.

A más de ser el pasillo por sí mismo un elemento de identidad para las comunidades también fortalece la identidad a través de sus letras, cuando estas abordan temas característicos e icónicos de ciertos lugares, que contribuyen a fortalecer la identidad de los pueblos.

El pasillo ecuatoriano cohesiona a la comunidad que lo escucha y lo interpreta, muchas veces borra las barreras intergeneracionales, además mantiene la memoria viva cuando se recuerdan a destacados compositores, arreglistas musicales e intérpretes que ya están en la memoria colectiva.

El pasillo se relaciona con varios ámbitos del patrimonio inmaterial, con música de guitarra, violín, requinto, bandolín y piano para la interpretación de canciones; con los usos sociales, rituales y actos festivos para la alabanza a santos patronos y procesiones; con las tradiciones y expresiones orales en la producción de poemas; y finalmente con las técnicas y expresiones artesanales en la construcción de guitarra, requinto, violín, bandolín y piano.

Tiene una importancia relevante no sólo en lo musical sino también en la memoria histórica de la población, pues las serenatas, los conciertos, los lugares, los medios de comunicación en donde se escuchaban pasillos forman parte de la historia ecuatoriana.

El pasillo ecuatoriano es una herencia y legado que debe ser transmitido de generación en generación.

La conmemoración surge el 1 de octubre de 1993 por decreto ejecutivo del presidente Sixto Durán Ballén, en memoria de Julio Jaramillo, por ser considerado el mayor exponente de este género musical.